sus padres y sus dos hermanos se dirigieron al aeropuerto para trasladarse lo antes posible a Jerusalén. La familia, que no pudo asistir a la boda de Jacob, celebrada hace solo tres meses, en junio, viajaban ahora a Israel para enterrarlo. «Tenían previsto ir a la boda, pero hubo un problema con el avión», nos dice el citado judío melillense.