La libertad, entendida como la capacidad de elegir el bien, es lo que permite que un hombre sea protector, guía y custodio de quienes le rodean. Es por ello que la valentía de ser caballero hoy radica, precisamente, en enfrentarse a esas cadenas culturales que promueven el egoísmo y la autocomplacencia, y elegir, en cambio, una vida de entrega y magnanimidad.