En la Edad Media, la x representaba un fonema palatal fricativo sordo, cuya pronunciación era muy similar a la de la sh inglesa o la ch francesa actuales. Así, palabras como dixo (hoy dijo) o traxo (hoy trajo) se pronunciaban [dísho] o [trásho] (donde [sh] representa un sonido parecido al que se emite para imponer silencio).